Algunos de los títulos que leemos de forma asidua están basados en hechos reales o en vivencias que el escritor trata de plasmar para enganchar al lector. En este segundo supuesto, puede que todo el contenido de la obra sea inventado, o puede que no y es que en muchos casos no sabemos las vivencias que realmente ha tenido su autor ni si ha querido crear una obra completamente ficticia o si por la contra ha incorporado partes de verdad. Si bien es cierto que el tipo de catalogación del texto ya nos lo describe, al menos en parte, la realidad es que nunca sabemos, a menos que el autor lo confirme, si esa parte real que tuviese la obra está o no exagerada.
‘Fariña’, un libro que va más allá de ser un texto
