10 usos del implante dental que te ayudarán a mejorar tu salud.

Hoy te vamos a decir algo que quizá no sabías: ¿Sabías que los implantes dentales no sirven solamente para transformar tu sonrisa, ya que también pueden marcar una gran diferencia en tu salud en general?

Más allá de su aspecto estético, esta innovadora solución ha cambiado por completo la manera en que entendemos el cuidado dental ¡Ya que pueden lograr muchas cosas! Mejorar la funcionalidad de tu boca, prevenir problemas de salud a largo plazo, y un largo etcétera, hasta llegar incluso a 10 usos increíbles que podemos hacer del implante dental.

¿Quieres conocerlos? Entonces este artículo es para ti.

Uso principal del implante.

Aunque haya muchos usos, su uso principal es el siguiente:

El uso principal de los implantes dentales es devolver la funcionalidad completa a la boca, especialmente a la hora de masticar y procesar adecuadamente los alimentos. Con un implante, se restablece la fuerza necesaria para triturar alimentos de forma eficiente, lo que favorece una digestión correcta y, en consecuencia, una mejor absorción de nutrientes esenciales. Además, al tratarse de una solución fija y estable, los implantes permiten disfrutar de una experiencia similar a la de los dientes naturales, mejorando tanto la comodidad como la calidad de vida del paciente.

¿Todos necesitamos implantes?

No, no todas las personas necesitan implantes dentales, pero en ciertos casos son una solución ideal. Por ejemplo, los implantes son recomendados cuando alguien pierde uno o varios dientes debido a caries, traumatismos, enfermedades periodontales o incluso desgaste natural. También se vuelven indispensables en pacientes que desean evitar las prótesis removibles tradicionales, optando por una solución más estable y cómoda.

Otro caso común es cuando la pérdida de dientes ha comenzado a afectar la estructura facial, provocando un hundimiento del rostro o pérdida ósea en la mandíbula: estéticamente son muy útiles, ya que estos implantes pueden ayudar a frenar este deterioro y mantener una apariencia más joven. Asimismo, son útiles para personas con problemas de masticación o pronunciación derivados de la falta de dientes, ya que los implantes restauran estas funciones de forma natural y práctica.

Sin duda, los implantes dentales son especialmente necesarios para quienes buscan una solución fija, funcional y duradera tras la pérdida de dientes (siempre que la salud general y la cantidad de hueso disponible lo permitan, claro).

¿Cuánto cuestan los implantes, y cuánto duran en nuestra boca?

En general, el precio de un implante dental completo (incluyendo la cirugía, el implante, el pilar y la corona) suele oscilar entre los 1.000€ y los 2.500€ por pieza. Sin embargo, es importante recordar que esta inversión incluye tanto la mejora estética como la funcionalidad y salud a largo plazo.

En cuanto a la duración, los implantes dentales están diseñados para ser una solución bastante permanente: con un cuidado adecuado, que incluye una buena higiene oral y revisiones regulares con el dentista, pueden durar toda la vida.

El material más utilizado en los implantes, el titanio, es extremadamente resistente y biocompatible, lo que asegura su integración con el hueso de la mandíbula. No obstante, la corona que se coloca sobre el implante puede necesitar reemplazos tras 10-15 años debido al desgaste normal, pero el implante en sí permanece estable y funcional.

¿Duele ponerse un implante?

Sabemos que la colocación de un implante dental puede generar cierta inquietud, y por ello vamos a contestar a esta pregunta.

Ya te decimos, que a pesar de todo no es tan dolorosa como muchos imaginan gracias a los avances en técnicas y anestesia. Durante el procedimiento, el dentista aplica anestesia local para adormecer la zona, lo que elimina el dolor. Algunas clínicas también ofrecen sedación consciente para pacientes más nerviosos, garantizando una experiencia relajada.

Tras la cirugía, es normal sentir molestias leves o moderadas en los días siguientes, similares a las que se experimentan con la extracción de un diente, pero estas molestias se controlan fácilmente con analgésicos recetados o de venta en farmacia. El secreto para una recuperación rápida y cómoda es seguir las indicaciones del dentista y mantener una higiene bucal adecuada.

De modo que, el procedimiento es mucho menos traumático de lo que parece, y los beneficios a largo plazo hacen que merezca la pena.

10 usos que te sorprenderán.

  1. Restauración de la capacidad masticatoria.

Uno de los principales motivos para optar por un implante dental es recuperar la capacidad de masticar de forma efectiva. Cuando falta un diente, la masticación se ve comprometida, y esto puede provocar problemas digestivos al no triturar adecuadamente los alimentos. Con un implante, la fuerza y la función masticatoria se recuperan por completo, favoreciendo una digestión adecuada y una mejor absorción de nutrientes.

  1. Prevención de la pérdida ósea.

Cuando un diente se pierde, el hueso maxilar que lo sostenía empieza a deteriorarse por falta de estimulación. Este proceso, conocido como reabsorción ósea, puede alterar la estructura facial y debilitar los dientes adyacentes. Los implantes dentales, al integrarse con el hueso, lo estimulan como lo haría una raíz natural, ayudando a mantener su densidad y salud.

  1. Evitar el desplazamiento de los dientes vecinos.

Cuando hay espacios vacíos en la boca, los dientes cercanos tienden a moverse para ocupar ese espacio. Este desplazamiento puede causar problemas de alineación y mordida, afectando tanto la estética como la función dental. Los implantes actúan como un soporte estable que evita estos desplazamientos no deseados, manteniendo la posición correcta de los dientes.

  1. Mejorar la salud oral general.

Los implantes dentales ayudan a proteger la salud oral al reducir el riesgo de enfermedades periodontales. Al cubrir el espacio de un diente perdido, se evita la acumulación de placa y bacterias que podrían dar lugar a infecciones. Además, al integrarse al hueso de manera natural, no afectan los dientes vecinos, como lo haría un puente tradicional.

  1. Integración estética con los dientes naturales.

Uno de los mayores beneficios de los implantes dentales es su apariencia natural; de hecho, según algunas afirmaciones de Mesiodens, podemos conocer que los implantes pueden incluso sustituir piezas perdidas o dañadas de forma totalmente natural ¡De modo que nadie se dará cuenta que esos no son tus dientes!

Además, las coronas que se colocan sobre los implantes se fabrican con materiales de alta calidad, imitando el color y la textura de los dientes originales. Esto permite que se mezclen perfectamente con el resto de la dentadura, devolviendo una sonrisa armoniosa.

  1. Estabilidad para prótesis removibles.

Para quienes usan dentaduras postizas, los implantes dentales pueden proporcionar un soporte fijo que mejora su estabilidad. Esto resulta especialmente útil en la arcada inferior, donde las dentaduras suelen moverse más. Una prótesis anclada a implantes permite hablar, comer y reír sin preocupaciones, aumentando la confianza del paciente.

  1. Recuperación de la autoestima.

La pérdida de dientes puede tener un gran impacto en la autoconfianza. Muchas personas sienten vergüenza al sonreír o hablar, lo que afecta su vida social y emocional. Los implantes dentales devuelven una sonrisa completa y natural, ayudando a las personas a sentirse mejor consigo mismas y a recuperar su calidad de vida.

  1. Mejor pronunciación.

Cuando faltan dientes, especialmente los frontales, la pronunciación de ciertos sonidos puede verse afectada. Esto puede generar dificultades en la comunicación diaria. Los implantes dentales ofrecen una solución definitiva al actuar como dientes naturales, restaurando la capacidad de hablar con claridad y fluidez.

  1. Adaptación perfecta a tu boca.

A diferencia de otras opciones como los puentes o dentaduras, los implantes dentales se diseñan para ajustarse perfectamente a las necesidades de cada paciente. Gracias a su personalización, los implantes ofrecen un confort y funcionalidad que imitan a los dientes naturales, lo que los convierte en una opción cómoda y duradera.

  1. Longevidad y resistencia.

Los implantes dentales son conocidos por su durabilidad. Con un buen mantenimiento y revisiones periódicas, pueden durar varias décadas, e incluso toda la vida. Esto los convierte en una inversión a largo plazo que aporta tranquilidad y salud.

¿Cómo se colocan los implantes?

Para acabar este artículo, vamos a adentrarnos en el proceso de la colocación de un implante: así, podremos entender mejor esta solución dental y quizá le tengamos menos “miedo”:

El proceso comienza con una evaluación exhaustiva del paciente, incluyendo radiografías y, en muchos casos, tomografías para analizar el estado del hueso maxilar y planificar la posición exacta del implante.

Una vez confirmada la viabilidad del procedimiento, se realiza la cirugía para insertar el implante. Bajo anestesia local, el dentista hace una pequeña incisión en la encía para acceder al hueso, donde se perfora un espacio para colocar el implante, que actúa como raíz artificial. Este implante, generalmente de titanio, se fija firmemente en el hueso y se cubre con un tornillo protector para permitir su integración.

Después de la cirugía, el paciente entra en una fase de cicatrización, conocida como osteointegración, que puede durar entre 3 y 6 meses. Durante este tiempo, el hueso crece alrededor del implante, asegurando su estabilidad. Una vez completada esta etapa, se coloca un pilar que conecta el implante con la corona o prótesis definitiva.

Finalmente, se coloca la corona personalizada, diseñada para integrarse perfectamente con los dientes naturales del paciente, devolviendo tanto la funcionalidad como la estética a la boca.

El resultado es un diente artificial que actúa, se ve y se siente como uno natural.

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